viernes, 6 de enero de 2012

¿Teror Grill o 'buffalo vil'?

No la tenemos cogida con Teror, no es una cuestión municipalista porque seamos ultras del Valleseco Futbol Sala, pero tenemos el derecho a resongar cuando nos estafan ¿no? Prosigo. Con una jaya de consideración divisamos un “restaurante” inmenso pero algo escondido denominado “Teror Grill” también conocido hasta hace poco como “El Pesebre”. La verdad es que el sitio es muy amplio y con buenas vistas de la cadena montañosa que rodea el pueblo de Terori, ideal para bautizos y comuniones…etc. Sin embargo vamos a lo que le interesa al Perinken; el buche. A parte de esperar un siglo y un par de décadas para que nos trajeran algún enyesque, tuvimos que padecer un mapa de Canarias digno de admiración por su exactitud y fidelidad con la realidad geográfica isleña ¡ni el GRAFCAN oiga!. Les dejamos aquí la imagen de este afortunado mapa… ¿Dónde está Wally? O mejor dicho ¿Dónde está El Hierro?.
Ficha técnica:

Nombre: Teror Grill

Atención al cliente: ** ni fú ni fa

Comida: * Caca de la vaca

Precio: *** ni fu ni fa

Canariedad: * Caca de la vaca

Disfrute de nuestra 'potage canario'
El analfabetismo en Canarias es un tema serio, Radio Ecca tiene mucho trabajo por delante entodavía. Como decíamos, estar en un Grill condiciona que la mayoría de los alimentos disponibles sean carnes, algo muy lógico. Pero lo que no es normal es que el 80% del plato esté conformado por morcilla y chorizos. El resto de la carne que contenía más grasas que lo propiamente denominado carne, se combinaba con unas papas que me atrevo a afirmar que podrían ser peores que las del Mc Bostal´s. Su exquisito sabor a pvc combinado con colilla de kruger haría las delicias de cualquier yanqui de las afueras de Minnesota. Esto era una pena ya que se apreciaba que realmente eran papas del país pero… Si por casualidad querías evitar toda esta sobredosis de colesterol por desgracia no tendrás escapatoria; No había carne de pollo o algo que fuera menos grasiento que una chuleta de vaca estabulada en un barrio de favelas brasileñas. Después de intentar tragar al mismo tiempo que nos bebíamos las lágrimas, pudimos degustar unos interesantes chupitos de ron del país –aislados en su botella afortunadamente- que sin duda nos recordaron que aún había esperanza en la vida.

lunes, 18 de abril de 2011

Al Mirador de Guanchía que vaya tu tía

Ficha técnica:

Nombre: Mirador de Guanchía

Atención al cliente: *** Del beletén

Comida: * Caca de la vaca

Precio: *** Popular

Canariedad: * Caca de la vaca

Brillaba el sol divino sobre toda la isla, magec era contundente, pero el cielo claro y esponjoso nos daba licencia para partir a recorrer las verdes campiñas patrias del norte grancanario. Un día ideal para, por ejemplo, disfrutar de la transitada Finca de Osorio, oasis de lo que podrían ser nuestras medianías y desgraciadamente no son.
Así dio el perinken  con el Mirador de Guanchía situado en el barrio “La Guanchía”  en el municipio de Teror, al margen izquierdo del barranco de Teror y cerca de La finca y montaña de Osorio. Según la Guía de Patrimonio Arqueológico es todo un poblado de casas cuevas habitadas desde tiempos anteriores a la conquista europea. Desde el Mirador de Guanchía podemos observar buenas vistas del barranco y de la capital grancanaria.
Pero mejor procedamos a vengarnos. Evidentemente el hecho de ser una “bar cafetería” debe limitar su oferta gastronómica,  pero en ocasiones, para ofrecer y de esa manera mejor no ofrecer nada. La comida, en general, era bochornosamente mediocre. Las papas que nos sirvieron no se pueden comparar ni con las del Mc Donald, varias de ellas crudas y aceitosas. Las croquetas de morcilla entre otras lindezas ostigaban nuestros paladares. Al menos había que reconocer que la atención al cliente era buena y si lo que eres es un motero dominguero te puede venir genial para jincarte un refrigerio y tu acompañante un guanijey. Además como bar cafetería que era tampoco uno puede esperar milagros, pero oiga el respetito es muy bonito. Por suerte Teror si cuenta con otros rinconcitos que merecen la pena en los que hablaremos en otra entrada perinkenil.

miércoles, 6 de abril de 2011

El Restaurante Segundo podría ser el primero


 Ficha técnica:

Nombre: Restaurante Segundo

Atención al cliente: *** Del beletén

Comida: *** Del beletén

Precio: *** Popular

Canariedad: *** Del beletén
Con el ocaso de la tarde y los azares del destino, nos hicieron anclar nuestra chalana en la milenaria ciudad de Telde, una de las dos capitales de la antigua Tamarán, también denominada "Ciudad de los Faycanes". Con amigos nativos teldenses, nos atrevimos a lanzarnos a regatón muerto, gastronómicamente hablando, con todos los riesgos que los lectores del Perinkén sobradamente conocen. A pesar de que Telde es una ciudad bastante grande, su oferta de ocio nocturno no es especialmente abundante, sólo los viernes por la noche se puede vislumbrar algún belingo. Las calles céntricas de dicha urbe se han abandonado en beneficio de las invasoras grandes superficies construidas incluso sobre patrimonio arqueológico (Las Terrazas, El Mirador, etc.). No hay que sorprenderse, esto ya es práctica habitual en casi todos los municipios del país canario, por mucho que gobiernen "nacionalistas".

Prólogos a un lado, vamos diendo a lo que nos priva; llenarnos el buche como Baco manda. Elegimos el céntrico e histórico comedero: el Restaurante Segundo, ubicado cerca de la Plaza de San Juan (C/ León y Castillo nº 21). Situado en una casa antigua, nos sorprendió con su aspecto entrañable y alegorías a la figura de Cho Juá. Dividido en un bar de barra y una sala con mesas, el Bar Segundo ofrece varias posibilidades. La decoración es de una canariedad bastante aceptable, primero con numerosos cuadros referentes a la UD Las Palmas excluyendo godadas del tipo Real Madrid u otros. Pero la canariedad no se limita a lo futbolístico sino también a otros ámbitos de la decoración. Un gran cuadro en la entrada del bar que hace referencia a los personajes populares de la historia de Telde, entre los que destaca Juan García el Corredera, el mítico luchador “Faro de Maspalomas” entre otros.


La atención al cliente es bastante buena en todo momento. La comida en sí superó todas nuestras expectativas…increíble. Calamares exquisitos, de esos blanditos, sabrosos y suaves, sin olvidar  las papas claramente del país. El limón asesino, ya que es de estos que al presionarlo un pisco ya te sueltan, como fue en nuestro caso, un rayo laser directo a la pupila. Evidencia de la calidad hasta en el limón. También la carne es de calidad según comentaban otros clientes del establecimiento. Finalmente los camareros, sabedores de la calidad que dispensan al cliente preguntaron ¿estaba bueno verdad? Él ya lo sabía perfectamente. Según la tradición oral de la zona, el Restaurante Segundo es muy afamado por sus míticos cafés y desayunos, así como por sus menús. Su impulsor, el entrañable Don Segundo falleció en 2010 pero sus continuadores mantienen el legado bastante alto.


Para bajar la comida que mejor que un paseíto por los barrios antiguos de San Juan y San Francisco. Vagando por sus pintorescos callejones, uno no puede dejar de pensar en la milenaria historia que arraiga esta zona con un casco antiguo digno de ser visitado. Además de la magnánima vista del barranco de Telde (en las crónicas llamado río) con su puente, palmeras y los barrios trogloditas de Tara y Cendro. Una reflexión también surgió de nuestros desarrollos; a pesar de albergar Telde una riqueza arqueológica que poco tiene que envidiar a Gáldar, no existe un mismo reconocimiento de su profunda raigambre indígena. Y por supuesto, ningún monumento ni fundación con el nombre de Bentejuí. Aunque no todo es bienmesabe, según la tradición oral teldense, las parejas que pasean por el bello barrio de San Francisco se separan, así que ya saben…

El damasismo-tarzanismo escultórico



Como es tradicional en tantos rincones de la patria, contamos con uno de nuestras víctimas preferidas; las clásicas estatuas de guanchitos de gimnasio y taparrabo. Ninguno era viejo, entrado en kilos o vestido, no había frío, no había dolor....eran súper hombres... Así nos representan la estatua de un “Faycán” próxima a la Plaza de San Juan…si así era un faycán no me quiero imaginar un guanchito mortal... ¿Cuando podremos disfrutar en Canarias de una representación escultórica respetuosa, no ya con nuestros antepasados, sino con las nuevas generaciones de historiadores canarios que se comen los mocos abarrotando las colas del paro?

sábado, 19 de marzo de 2011

El facundo cunde


Ficha técnica:

Nombre: Bar Facundo

Atención al cliente: *** Del beletén

Comida: *** Del beletén

Precio: *** Popular

Canariedad: *** Del beletén

Bandíos varios ya alegan que el Perinkéno deja títere con cabeza  e incluso algunas osan afirmar que complacer a nuestros exigentes paladares perinkeniles es misión imposible. Nada más lejos de la realidad. En verdad no pedimos mucho, sino respeto a nuestra gastronomía y al cliente. Si además esto se acompaña de precios populares pues para ondear tricolores mientras un puntal b toca el bucio. Por suerte esta vez vamos a aportar algo realmente positivo a la selecta minoría anti-turística que frecuenta esta buchil bitácora.
En el corazón de la casi extinta selva de Doramas, se encuentra la localidad grancanaria de Moya al norte de la isla. Municipio agrícola y que conserva aún reductos de laurisilva como los famosos Tilos. Aparte de su franja costera pedregosa, cuenta con profundos y frondosos barrancos como el de Azuaje que separa al municipio del vecino Firgas. Las medianías del municipio cuentan con la localidad de Fontanales muy guapa por cierto, pero de la cual ya hablaremos en otro comunicado. La localidad de Moya cuenta en su calle principal en dirección a la iglesia con unos establecimientos entrañables formados por una tienda y el mítico, histórico y patrio Bar Facundo.
El Bar Facundo se podría clasificar como de esos míticos que ya pocos quedan, baretos entrañables que marcan la historia de un pueblo. Bar tan tradicional como versátil, que con la misma te brinda rones y vinos del país en la barra, como te sirve comida sin tino en la mesa o te organiza un cumpleaños o primera comunión en el comedor de dentro. Al entrar uno parece introducirse en un guachinche en el cual no ha pasado el tiempo. Adornado además por centenares de fotos del U.D. Moya, del F.C. Barcelona y de lucha canaria, lo cual francamente ganó mis simpatías:

“¿tú sos del Barsa o del Madrí?
 –antes que nada antimadridista...
¡Ah coño! ¡Tonces tienes las puertas abiertas mi niño!”
Mientras los clientes en la barra criticaban a Zapatero, hablaban de fútbol y las papas que recogieron el otro día, nosotros nos preparábamos para llenarnos el buche y satisfacer nuestro radical paladar. La atención al cliente por parte del mismo Facundo, su hijo y su mujer fueron excelentes, lo cual se coronó con la comida. En primer lugar unas albóndigas que ya han hecho famoso a este magnánimo rincón de la patria. Como dirían los galdenses estaban “botadón bicho”, del beletén oiga. Las papas, como nos gustan; del país y cuantiosas. La comida era tan buena que hasta el pescado en ese laurisílvico enclave estaba que me babío todo al recordarlo. Todo ello acompañado por un vinito del país y abocao hizo que nuestro paladar bailara el pámpano roto.

Después de saborear estos enyesques sobradamente patrios y de calidad difícilmente mejorable, nos deleitábamos en este ambiente digno de mundo mágico mago del que nos hablaba el gran Hupalupa. Finalmente la amabilidad de Facundo y los suyos fue tan agradable como el precio realmente económico y popular.

La Moyera

Con el payo satisfecho pudimos deleitarnos por un voltio por Moya con el verde paisaje que la rodea. Unas calles que cuentan con una auténtica tienda o venta de antaño en la cual pueden adquirir los famosos Bizcochos y Suspiros Doramas de Moya. Además pueden aprovechar para visitar el cercano Museo de Tomás Morales.  
En definitiva, que el perinkén tampoco es tan ruin, aunque un aviso para nuestros canary barmans: volveremos, sí, es una amenaza J

miércoles, 16 de marzo de 2011

Pa comer en Gayfa hay que estar como una baifa...


Ficha técnica:
Nombre: Restaurante Gayfa
Atención al cliente: *** Del beletén
Comida: * Caca de la Vaca
Precio: ** Ni fu ni fa
Canariedad: ** Ni fu ni fa
Hacía años que cuando pasaba el día en la cumbre grancanaria nos jincabamos los enyesques que la crisis nos permite en un bar restaurante de la localidad de Tejeda. La comida era buena, barata y contaba con unas vistas envidiables. A pesar de su ubicación céntrica en el casco de Tejeda, bajo la gasolinera y con unas vistas excelentes, los precios eran muy populares. Sin embargo acabo demostrándose que en el mundo de la guanchinchería las cosas no permanecen en el tiempo y se debe tomar estos artículos encuadrados en su contexto temporal. Críticas y alabanzas que podamos hacer hoy quizás no sean válidas en el futuro pero aquí quedarán reflejadas como referencias. No pretendemos desprestigiar a nadie sino apoyar y promocionar nuestra gastronomía, pero también que se respete a la clientela y nuestra gastronomía, no pedimos mucho. Creemos que la gastronomía del país es de gran calidad y sobre todo ingeniosa para los limitados productos con los que hemos contado históricamente en estas tierras afroatlánticas. Estos siglos de sabiduría adquirida por el canario para burlar hambrunas y miserias ha forjado una gastronomía que conforma un legado cultural en ocasiones poco valorado en el Archipiélago. Mantener el nivel alto en este ámbito es necesario para que nuestro legado gastronómico no se ahogue para siempre en esta ola de gastronomía global, sepultando siglos de adaptación al medio por nuestros antepasados. Somos lo que comemos.
                                       
Después de esta introducción vamos al tema que nos atañe; el Restaurante Gayfa del casco de Tejeda en la ínsula de Gran Canaria. Hace pocas semanas volvimos a recalar por ese restaurante y a seguir manteniendo la tradición de dejarnos unos euritos en enyesques en bares que se lo merecen. Un lugar que además cuenta con una terraza donde se puede vislumbrar unas vistas esplendidas del Roque Bentayga y de la cuenca de Tejeda. Sin embargo pareciere que el milenario monolito cayera definitivamente. Un plato de papas diminutas, un cacho de pescado del tamaño de un celular y con un sabor a rayos. Eran las 5 de la tarde y no había más remedio que jincarselo…asqueroso, y mientras nos consolábamos jurando no volver a dir por semejante cuchitril. ¿Cómo pueden servirte esas sobras para perros como una gran comida? Al rato nos dimos cuenta de que la explicación era simple: habían cambiado de dueño muy probablemente. En fin, una experiencia desagradablemente inolvidable. Una manera ideal de cambar un magnífico día en la cumbre de la isla.

sábado, 9 de octubre de 2010

El oasis choni de Betancuria


Ficha técnica:

Nombre: Valtarajal

Atención al cliente: ** Ni fu ni fa

Comida: ** Ni fu ni fa

Precio: * Caciquil

Canariedad: * Caca de la Vaca

A lomos de camello avanzamos por las polvorientas y sirocadas veredas mahoreras. Traspusimos de Puerto Cabras en dirección al interior de la isla de las fuertes aventuras. El solajero imperaba castigando sin clemencia los inertes tinariwen* de la ínsula. La jaya apretaba el payo y se podría afirmar sin temor a equivocarnos que nos encontrábamos realmente esperecíos.  Aceleramos el paso hacia lo que se considera el primer poblado europeo en el país; Betancuria. Fundada en 1404 por el  gabacho Jean Bethencourt y del cual recibe su nombre, es el municipio menos poblado del Archipiélago. Sin embargo está situado en una de las zonas más verdes de Fuerteventura. Con apariencia de oasis en medio de áridos montes se nos presenta esta localidad mahorera que parece seguir viva gracias a la afluencia chonil diaria.  Por tanto a pesar de su belleza es el típico enclave turístico, así que igual no deberíamos hablar de él. Aunque chonismo aparte, el pueblo es un bonito caserío tradicional canario con sus albeadas casitas, gavias, palmerales, higueras, millo…y por supuesto ¡cabras! Vislumbramos el Museo Arqueológico insular donde solo si eres residente en Fuerteventura te libras de pagar los 2 euros. Lo que se traduce en que europeos varios que residen entran gratis y nosotros pagamos el tributo. Por el camino nos asaltan europeos perretas con su guineo de la pita savia, esa planta que llaman ellos Aloe Vera. Un ejemplo más de cómo hemos dejado que la plaga guirufa hippie se haga con el bisne. Pero vamos a echarnos un al buche ¡hágame el favor! ¿Qué nos ofrece este rincón de la patria nuestros exigentes paladares? Restaurantes que parecen salones del Salvaje Oeste no animan en demasía. Pero en fin, en este caso arriesgaremos, su carta en escritura guanche me animó.
Bar Restaurante Valtarajal

Cuando entré me extraño no ver al Sheriff y los de bonanza echándose unos whiskys en la barra, sería muy temprano aún. La comida, a diferencia de lo que uno esperaba; de la comida tradicional mahorera, tan solo el queso y papas aurragadas quedaban. El baifo, que parece que ahora se llama `cabrito´, ya nos enseñaron en la escuela que los canarios no hablamos diferente, sino mal. La comida la resumo; precios por las nubes, comida tradicional muy escasa y un ambiente totalmente eurofeo. Creemos que sería muy cruel describir cada plato de comida, ya que nos da realmente pena. ¿Lo mejor? El postre. Pues bien, ya sabemos un lugar donde más donde mandar a un godo cuando nos pregunte.

¿Fuerteventura o Creta?


Nos fuimos con muy mal sabor de boca hacia el mirador de Betancuria, donde podemos admirar dos estatuas muy curiosas. Las esculturas supuestamente representan a los dos antiguos líderes indígenas de la antigua Erbane; Ayose y Guise. Las esculturas fueron realizadas por un tal Emiliano Hernández. Amigo Emiliano, que seas colombiano y que la clase político-caciquil que impera en Canarias te haya seleccionado no te exime de documentarte un mínimo sobre los antiguos canarios. Tu desconocimiento no justifica que intentes reflejar tus tendencias sexuales en el monumento. Por si no lo sabías, ni Fuerteventura es una isla griega ni Ayose y Guise eran dos guerreros griegos de 300. Esa imagen del antiguo isleño en taparrabo yumbil y en bolas, con un cuerpazo de gimnasio es un topicazo que ya aburre. ¿Para que formamos investigadores canarios en nuestras universidades? Ya vemos que para engrosar las listas del paro. Es que claro, el turismo gay hay que ganarselo, aunque el coste sea defecar una bosta considerable sobre nuestros antepasados.  
"Nada como un buen trasero con tanga de cuero de cabra  para dignificar a nuestros antepasados"

viernes, 17 de septiembre de 2010

Chascar en San Pedro (Agaete)



Ficha Técnica:

Nombre:  Casa Tino

Atención al cliente: * * * Del beletén

Comida: * Caca de la vaca

Precio: * Caciquil

Canariedad: * * Ni fu ni fa

Un fin de semana cualquiera peregrinamos al afamado valle de Agaete, en la isla de Gran Canaria la vieja Tamaran. Impresionante entorno que destaca por su especial microclima, riqueza natural y arqueológica, pintorescos caseríos y los impresionantes riscos del pinar de Tamadaba. De este valle tan mágico los campesinos producen un café muy especial, apreciado y caro, pero créannos, merece la pena. Agaete ya se encuentra muy lejos de ser aquel pueblito marinero lejano y recóndito  donde el retocar de los bucios de los pescadores y de las señoras que vendían pescado por las calles es ya prácticamente inexistente. La política de tierra quemada de urbanizaciones masivas impulsada por el Consistorio local y la construcción del puerto y el barco que une a la isla con Tenerife, ha hecho de Agaete un enclave turístico más. Sin embargo, el valle sigue conservando cierta atmosfera “patria”, aunque no se corresponda con toda la gastronomía.
Caminando nos quedábamos embelesados al observar como la bruma del alisio atlántico acariciaba con mesura los blancuzcos riscales del imponente macizo de Tamadaba. Al llegar a San Pedro, caserío del Valle de Agaete, buscábamos ya un baretito digno del entorno, pero solo Aqqoran sabía que nos deparaba el destino para nuestro exigente paladar. Mientras me pasaba la mano por la frente para secarme las gotas del sudor vislumbré un restaurante llamado Casa Tino, que como veremos, hacía honor a su nombre.
Cuando entramos y nos sentamos veíamos una horda de chonis  engullendo con ansias, lo cual nos dio a entender que quizás aquello no hubiera sido una buena opción. Las sospechas se fueron incrementando ya que había algo extraño en la atmosfera del local, al principio no lo identificaba pero mi séptimo sentido lo palpaba. Mientras las paredes lucían arados y otras herramientas tradicionales de las isleñas campiñas sonaba la radio. Pero no era Radio Faycán precisamente deleitándonos con los  éxitos de Pepe Benavente o los mariachis gomeros propios de todo bareto mauril o mago. ¡No señor! Eran ni más ni menos que la emisora española de pop los Cuarenta Coloniales ¡uf! Es evidente que algo no encajaba. Pero ¿me estaría dejando llevar por mis prejuicios? ¿Estaría asociando irracionalmente la buena y patria gastronomía a un estereotipo preestablecido? Estaba pecando ¡oh mi cosmopolita país!, sentía que no cumplía con el sagrado mandamiento del buen canario de abrazar todo lo ajeno sin cuestionamiento alguno.
La camarera, muy amable ella, nos ofrecía comida muy canaria. Preferimos no apostar fuerte y pedir un enyesque de papas arrugadas y queso, y tomamos la decisión adecuada... La señora insistió en las bondades infinitas de su queso ahumado, ante lo cual no pudimos negarnos. Ante nosotros ya se podía apreciar un mojo un tanto rarito y unas papas arrugadas que ni fu ni fa, más bien tirando a . Al menos nos queda el queso, pensamos. Cuál fue nuestra regañisa cuando degustamos el super queso ahumado ¿saben ustedes el queso plato barato que compramos en Carrefour? pues peor. ¿Ha sido esto un intento de envenenamiento? No lo descartamos. Mientras chabascando fabricaba el bolo alimenticio, intentaba no saborearlo sin saber donde esconder la lengua. Ustedes no saben el gusto que daba hacerlo al ritmo de Enrique Iglesias y Estopa sonando en los Cuarenta. Al menos nos quedamos más tranquilos, nos sentíamos canarios de bien, tolerantes, modernos y abiertos. Nos olvidamos rápido de ello cuando pedimos la cuenta, no era un precio anti-crisis precisamente. ¡Sólo quedaba huir! Y ansina sacamos la conclusión de que Casa Tino, o mejor dicho Casa Timo, hacía honor a su denominación.