lunes, 18 de abril de 2011

Al Mirador de Guanchía que vaya tu tía

Ficha técnica:

Nombre: Mirador de Guanchía

Atención al cliente: *** Del beletén

Comida: * Caca de la vaca

Precio: *** Popular

Canariedad: * Caca de la vaca

Brillaba el sol divino sobre toda la isla, magec era contundente, pero el cielo claro y esponjoso nos daba licencia para partir a recorrer las verdes campiñas patrias del norte grancanario. Un día ideal para, por ejemplo, disfrutar de la transitada Finca de Osorio, oasis de lo que podrían ser nuestras medianías y desgraciadamente no son.
Así dio el perinken  con el Mirador de Guanchía situado en el barrio “La Guanchía”  en el municipio de Teror, al margen izquierdo del barranco de Teror y cerca de La finca y montaña de Osorio. Según la Guía de Patrimonio Arqueológico es todo un poblado de casas cuevas habitadas desde tiempos anteriores a la conquista europea. Desde el Mirador de Guanchía podemos observar buenas vistas del barranco y de la capital grancanaria.
Pero mejor procedamos a vengarnos. Evidentemente el hecho de ser una “bar cafetería” debe limitar su oferta gastronómica,  pero en ocasiones, para ofrecer y de esa manera mejor no ofrecer nada. La comida, en general, era bochornosamente mediocre. Las papas que nos sirvieron no se pueden comparar ni con las del Mc Donald, varias de ellas crudas y aceitosas. Las croquetas de morcilla entre otras lindezas ostigaban nuestros paladares. Al menos había que reconocer que la atención al cliente era buena y si lo que eres es un motero dominguero te puede venir genial para jincarte un refrigerio y tu acompañante un guanijey. Además como bar cafetería que era tampoco uno puede esperar milagros, pero oiga el respetito es muy bonito. Por suerte Teror si cuenta con otros rinconcitos que merecen la pena en los que hablaremos en otra entrada perinkenil.

miércoles, 6 de abril de 2011

El Restaurante Segundo podría ser el primero


 Ficha técnica:

Nombre: Restaurante Segundo

Atención al cliente: *** Del beletén

Comida: *** Del beletén

Precio: *** Popular

Canariedad: *** Del beletén
Con el ocaso de la tarde y los azares del destino, nos hicieron anclar nuestra chalana en la milenaria ciudad de Telde, una de las dos capitales de la antigua Tamarán, también denominada "Ciudad de los Faycanes". Con amigos nativos teldenses, nos atrevimos a lanzarnos a regatón muerto, gastronómicamente hablando, con todos los riesgos que los lectores del Perinkén sobradamente conocen. A pesar de que Telde es una ciudad bastante grande, su oferta de ocio nocturno no es especialmente abundante, sólo los viernes por la noche se puede vislumbrar algún belingo. Las calles céntricas de dicha urbe se han abandonado en beneficio de las invasoras grandes superficies construidas incluso sobre patrimonio arqueológico (Las Terrazas, El Mirador, etc.). No hay que sorprenderse, esto ya es práctica habitual en casi todos los municipios del país canario, por mucho que gobiernen "nacionalistas".

Prólogos a un lado, vamos diendo a lo que nos priva; llenarnos el buche como Baco manda. Elegimos el céntrico e histórico comedero: el Restaurante Segundo, ubicado cerca de la Plaza de San Juan (C/ León y Castillo nº 21). Situado en una casa antigua, nos sorprendió con su aspecto entrañable y alegorías a la figura de Cho Juá. Dividido en un bar de barra y una sala con mesas, el Bar Segundo ofrece varias posibilidades. La decoración es de una canariedad bastante aceptable, primero con numerosos cuadros referentes a la UD Las Palmas excluyendo godadas del tipo Real Madrid u otros. Pero la canariedad no se limita a lo futbolístico sino también a otros ámbitos de la decoración. Un gran cuadro en la entrada del bar que hace referencia a los personajes populares de la historia de Telde, entre los que destaca Juan García el Corredera, el mítico luchador “Faro de Maspalomas” entre otros.


La atención al cliente es bastante buena en todo momento. La comida en sí superó todas nuestras expectativas…increíble. Calamares exquisitos, de esos blanditos, sabrosos y suaves, sin olvidar  las papas claramente del país. El limón asesino, ya que es de estos que al presionarlo un pisco ya te sueltan, como fue en nuestro caso, un rayo laser directo a la pupila. Evidencia de la calidad hasta en el limón. También la carne es de calidad según comentaban otros clientes del establecimiento. Finalmente los camareros, sabedores de la calidad que dispensan al cliente preguntaron ¿estaba bueno verdad? Él ya lo sabía perfectamente. Según la tradición oral de la zona, el Restaurante Segundo es muy afamado por sus míticos cafés y desayunos, así como por sus menús. Su impulsor, el entrañable Don Segundo falleció en 2010 pero sus continuadores mantienen el legado bastante alto.


Para bajar la comida que mejor que un paseíto por los barrios antiguos de San Juan y San Francisco. Vagando por sus pintorescos callejones, uno no puede dejar de pensar en la milenaria historia que arraiga esta zona con un casco antiguo digno de ser visitado. Además de la magnánima vista del barranco de Telde (en las crónicas llamado río) con su puente, palmeras y los barrios trogloditas de Tara y Cendro. Una reflexión también surgió de nuestros desarrollos; a pesar de albergar Telde una riqueza arqueológica que poco tiene que envidiar a Gáldar, no existe un mismo reconocimiento de su profunda raigambre indígena. Y por supuesto, ningún monumento ni fundación con el nombre de Bentejuí. Aunque no todo es bienmesabe, según la tradición oral teldense, las parejas que pasean por el bello barrio de San Francisco se separan, así que ya saben…

El damasismo-tarzanismo escultórico



Como es tradicional en tantos rincones de la patria, contamos con uno de nuestras víctimas preferidas; las clásicas estatuas de guanchitos de gimnasio y taparrabo. Ninguno era viejo, entrado en kilos o vestido, no había frío, no había dolor....eran súper hombres... Así nos representan la estatua de un “Faycán” próxima a la Plaza de San Juan…si así era un faycán no me quiero imaginar un guanchito mortal... ¿Cuando podremos disfrutar en Canarias de una representación escultórica respetuosa, no ya con nuestros antepasados, sino con las nuevas generaciones de historiadores canarios que se comen los mocos abarrotando las colas del paro?